En 2017 se estima que habrá 2.295 millones de usuarios de smartphones en el mundo, según las estimaciones de eMarketer, una cifra que muestra cuan importantes se han vuelto estos dispositivos móviles para la población, además de convertirse en una inmensa fuente de información para la investigación sobre toma de decisión de los consumidores.
Y es que desde los teléfonos inteligentes, los usuarios gestionan gran parte de su vida, por lo que son un diamante en bruto en cuanto a cantidad de datos generados sobre el comportamiento del consumidor, que hay que saber extraer para poder luego usarlos.
La mayoría de productos y servicios que existen en el mercado para obtener estos datos ofrecen posibilidades de cuantificar, clasificar y segmentar una parte de la información, que además suele provenir de investigaciones declarativas en las que se depende de la memoria y voluntad de los consumidores, por lo que los sesgos e imprecisiones están muy presentes.
Y es que cada consumidor es un mundo en si mismo con numerosísimas características y preferencias, que se ven reflejadas en su comportamiento mobile en el smartphone y que puede ser conocido de forma más eficiente a través de la recolección pasiva de datos o medición observacional.
Esta método de investigación se puede aplicar a los smartphones, a través de la tecnología de Smartme Analytics, que mediante el Tracker, que es el software que han desarrollado y que se instala con la aplicación, permite obtener, sin esfuerzos, los datos de todas las actividades que llevan a cabo los usuarios en sus dispositivos móviles.
Un seguimiento autorizado a través del cual se obtiene información detallada, fidedigna y en tiempo real del comportamiento mobile, que evita el tener que acudir a los recuerdos, impresiones o disponibilidad de los consumidores, gracias a la tecnología de medición observacional desarrollada por Smartme Analytics.
La posibilidad de conocer en detalle esta huella mobile de los usuarios, abre a los investigadores nuevas puertas para entender el proceso de toma de decisión del consumidor, que puedan traducirse luego en el desarrollo de algoritmos predictivos más certeros.