El presente y futuro de muchos negocios pasa por el Big Data. Ser capaz de recopilar miles de datos sobre los usuarios para ofrecerles servicios personalizados empieza a ser imprescindible para las empresas, y por eso ya están invirtiendo millones en ello. Pero cuidado. Hay que ser precavido con estas inversiones o pueden terminar siendo una gran pérdida.
Existen una serie de riesgos a la hora de tratar con Big Data, entre los que destaca la gestión de esa información o la correcta interpretación de los datos. Pero el verdadero problema que puede encontrarse una empresa al invertir en Big Data es que la información sea incorrecta. No hablamos de información falsa ni de errores intencionados, sino más bien de problemas de contexto. Aunque los datos sean ciertos, son muchos los factores que pueden influir en que no sean demasiado útiles para la toma de decisiones.
En primer lugar, puede ocurrir que esa información esté desactualizada por el paso del tiempo. Según cifras de MarketingSherpa, la información B2B pierde validez a un ritmo del 2,1% mensual o 22,5% anual. Y Dun and Bradstreet estima que cada 30 minutos 120 direcciones de negocios y 75 números de teléfono cambian. Cifras que en otros estudios son incluso superiores y que vienen a reflejar el riesgo que comentamos.
Además, en ocasiones comprar más es comprar menos. Si tu mercado tiene un público concreto y reducido, contar con grandes cantidades de datos sobre la población no hará más que complicarte la búsqueda. Tu objetivo debe ser identificar a tus clientes potenciales para ser preciso, llegar hasta quienes toman la decisión de compra y aproximarte a ellos con el mensaje adecuado.
Por último, hay que tener en cuenta que los vendedores de Big Data rara vez van a entrar en muchos detalles al hablarte de sus datos. Normalmente, estas empresas no suelen concretar el porcentaje de información no comercial que tienen, el número de datos parciales o la última ocasión en la que validaron los datos. Por eso es fundamental hacerse preguntas sobre la información que estas comprando, del estilo de: ¿Qué campos incluye? ¿Cuál es la ratio de validez de cada campo? ¿Cuándo y cómo se validaron por última vez los datos?
Es más importante tener Smart Data que Big Data. Porque cuando las empresas creen tener información correcta pero no es así, el resultado suele ser una imagen defectuosa del mercado que impide identificar correctamente las tendencias y las necesidades. Y eso se suele traducir en decisiones defectuosas, con un impacto negativo en las cuentas de la empresa.